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9/13/2008

Los posers

El siguiente texto apareció en la sección Editorial de la revista Dark número 13 con el título de "Farsantes". El ejemplar se puede conseguir en los establecimientos Sanborn's y tardíamente en los puestos de revistas.

Por Cristhian Chavero López

Poser es una de las mayores ofensas en el movimiento, hace una década también se les decía "eres un nefasto"; qué fácil hacer semejante acusación, pero, ¿cómo saber cuando alguien sólo tiene la pose de ser oscuro?

Un poser es alguien que pretende pertenecer a algún grupo juvenil o movimiento, se trata de una persona que en realidad no se siente identificado pero que sobre todo adopta la pose de serlo; escucha la música pero no la entiende o se viste con todo el estilo pero no acierta a contestar preguntas básicas sobre lo que dice ser. En otras palabras, finge. Esto bien puede ser por necesidad de atención y vanidad, el caso es que a los ojos del resto de la gente de la escena no reúne el perfil de auténtico.

Este fenómeno es común en todas partes, dentro y fuera del movimiento gótico. Se da entre los activistas de izquierda y entre los artistas, entre los roqueros y los líderes religiosos. Hay que desconfiar de los buenos buenos y de los malos malos.

Si un individuo intenta adentrarse, y por lo tanto no conoce, no es automáticamente un farsante, más bien eso tiene que ver con fanfarronear y no poder demostrarlo. Pero no es sólo saberse los nombres de todos los integrantes de Sisters of Mercy, más bien se trata de no regarla diciendo mentiras que denotan ignorancia como que "el gótico viene del metal" en lugar del punk, o que se "es un vampiro y que se convirtió al darkismo desde hace muchos años". Mayor aún el error si eso se explica en los medios masivos de información.

Por supuesto que las reacciones van desde las burlas y señalamientos hasta las agresiones. El problema es el riesgo de acusar paranoicamente a todo aquel que opina distinto. Nadie posee la verdad absoluta, acusar a alguien por no gustarle un grupo puede ser ridículo.
Claro que hay casos obvios, en los que se puede concluir que tal persona sin mucho problema estaría más a gusto en otra escena o círculo social, pero ¿quién o quiénes tienen la autoridad para decidirlo y hacerle saber a otro que es un nefasto? Eso es sumamente complicado porque podríamos caer en la persecución ideológica, y de la historia se puede aprender que las consecuencias no son buenas.
Más bien se debería hacer un auto examen de conciencia para saber si se es lo que uno dice ser, es decir, auténtico. Y eso irremediablemente pasa por ser honesto y reconocer el poco o mucho compromiso que hay con el movimiento, construir aunque sea de manera anónima, para que no muera lo que a uno le importa.
El problema no son los posers, sino el silencio de la banda (la raza*) que le concede verdad a las mentiras y las equivocaciones, y falta de voluntad para proponer.
*Las cursivas son nuestras.